28.3.10

S.XV


Agradecemos la intervención de Vito Clericuzio después de haberse tomado un tiempo considerable tanto en réplicas como en la apertura de los debates, agredecemos también a los nuevos seguidores: Sonrisa, Regulus y Stephanie.

Al respecto de este paradigma social en el que nos encontramos inmersos, el sistema genera este viscoso fango social en el que muchos se mueven rápida y ágilmente, y a muchos otros les cuesta aceptar que lo que podría ser un borbotón de burbujeante manantial de aguas cristalinas tenga que ser un estanque donde las mentes ilustres están atrapadas en laberintos con minotauros destructores y amenazantes.

Tiene razón Clericuzio al denotar: Pocos hacen en sus vidas lo que les gusta hacer, muchos hacen lo que hacen por que tienen que hacerlo.

¿Por que tienen qué hacerlo?

La sociedad actual en su status quo de principios del S.XXI demanda cosas según tu edad, según tu estatus, según tu posición social, según tus gustos, y según tu manera de pensar ... según qué pieza del ajedrez seas, y según que posición en el tablero tengas...

Por ejemplo, a pesar de ser un paradigma de épocas renacentistas y tiempos del medievo, a una mujer que ronda los 35 años de edad y no se encuentra casada, comienza a recibir injustamente miradas y comentarios que atacan su proceder cuestionándole el por qué aun no ha formado pareja, por qué no se ha casado y por qué no ha iniciado con la formación de una familia.

Desde niños a muchos individuos se les incrusta una idea repulsiva y repugnante acerca del éxito. Los propios padres, la escuela, los medios de información y la sociedad en general se encarga fielmente de recalcar todos los días a cada minuto que alcanzar el éxito se encuentra sobre falacias.

Para los padres obtener buenas notas escolares es señal de futuro éxito, para algunas escuelas un aprendizaje paso a paso, que no refleje pensamientos independientes, visionarios y más allá del promedio, es señal de futuro éxito, para muchas universidades el objetivo es generar profesionistas que puedan colgar títulos en paredes, siendo que su principal misión con la humanidad y la sociedad sería: generar hombres y mujeres con ideologías y procesos de pensamiento altos, con profunda visión, adaptables a los cambios, con bases de sustentabilidad, emprendedores, valientes, sin miedo a los riesgos, con profundos valores humanos y un correcto sentido del valor de las cosas, generadores de ideas, desarrolladores de proyectos, gestores del futuro.

Para los medios, tener una imagen perfecta, tener dinero y poder son los ideales del éxito, muchos otros incluso presentan a los artistas de TV y a los futbolistas como ídolos de la sociedad, siendo que por su insignificante aporte a nuestro desarrollo ni siquiera debería ser catalogado como una profesión ni como un oficio, y a aquellos que en verdad dan su vida por el progreso, por la ciencia, y por desarrollos en los aspectos que como civilización sí nos importan tengan una remuneración de solo la satisfacción personal de saber por sí mismos el significado.

En cuestión tecnológica y de avances científicos, los últimos 30 años han sido de increíble avance, sin embargo desde mi punto de vista en el aspecto social, el pensamiento del individuo promedio del siglo XXI en algunos casos no se ha desplazado mucho desde el siglo XV. La única diferencia es que ahora pueden ir a comprar alguna camisa hugo boss, un iphone y tomarse un café a starbucks, cosa que en el siglo XV no podían hacer.

De esta forma nuestra decisión vocacional de futuro debería ser con base en nuestras pasiones en primer aspecto y nuestras habilidades en segundo plano. Con ello podríamos preasegurar que seremos de los mejores en nuestro campo.
Posteriormente, con ello podríamos estar capacitados en tiempo y forma para convertirnos en individuos multitarea, y multiprofesión, que tuvieran conocimientos y capacidades de múltiples disciplinas.

Una sociedad que habilita este tipo de formación y desarrollo en los individuos se encontrará preparada para cualquier tipo de cambio o circunstancia que amenace la civilización.

¿Como tendríamos esta sociedad que habilite a los individuos? La respuesta será tema de un nuevo debate.

12.3.10

De regreso a la escritura

Hace muchos meses que no realizaba un post en este prestigiado blog, ofrezco una disculpa a mis compañeros filósofos y sobretodo a aquellos (no se cuántos pero creo que muy pocos) que nos leen. Por motivos profesionales no había logrado establecer un tiempo para contribuir en este espacio.

Estos meses que he estado inmerso en el mundo laboral me han llegado de nuevo preguntas que me he planteado desde que estaba en la encrucijada de tomar la decisión de qué estudiar. En este mundo del trabajo, las prisas y el estrés he confirmado como eran mis sospechas que la mayoría de la gente dedicamos más de la mitad de nuestros días a actividades que no nos son placenteras, lo que trae como consecuencia que no seamos al 100% productivos.

Que en el tiempo que tenemos destinado para trabajar estemos en un estado de "viaje crucero" en dónde la ley del mínimo esfuerzo nos permite sobrellevar el día, cumplir con nuestras obligaciones y esperar a que termine el día, listos para realizar lo que realmente nos satisface y nos hace felices.

Quiero plantear el siguiente cuestionamiento para que podamos abrir el debate:

1.-Cuando tomamos la decisión de a qué queremos destinar el resto de nuestra vida o al menos una gran parte de ella, ¿con base en qué tomamos esta decisión?.

Desde mi punto de vista hay muchas influencias que nos afectan a la hora de decidir; cuál es mi entorno, a qué se dedican las personas que me rodean, cuáles son mis posibilidades económicas, hasta dónde me he permitido soñar, hasta dónde estoy dispuesto a luchar por alcanzar mis objetivos, qué es lo que esperan de mí.

Todo esto afecta nuestras decisiones y creo que en la mayoría de las veces nos llevan a caminos que no nos satisfacen ni nos permiten disfrutar de cada momento de nuestas vidas.

Creo que nos deberíamos de detener un poco en el camino y en lo posible luchar por alcanzar la plenitud laboral pero sobretodo la personal. Si realizamos en nuestro trabajo lo que realmente nos llena, entonces estaremos por el camino indicado para que cada mañana nos despertemos con una sonrisa en los labios dispuestos a trabajar en lo que más nos gusta y no como la mayoría que nos despertamos de malas apagando el despertador rogando por "5 minutitos más".

Hay países en los que detectan tus habilidades y desde pequeño te encaminan para que desempeñes estas funciones, pero creo que eso no es lo más óptimo pues a lo mejor podrías ser un excelente astronauta pero probablemente lo qué a tí más te guste sea explorar el mar.

Debemos de encontrar el punto en dónde lo que nos gusta hace match con aquellas actividades en las que somos más eficientes, que desde mi punto de vista es en aquello que más disfrutas y te plantea retos que aunque difíciles siempre estas dispuesto a enfrentar.

He llegado al final de mi disertación y no estoy muy seguro de saber el camino para lograrlo ni mucho menos me siento estar en la situación descrita en que realizo aquello que me hace feliz, incluso creo haber cantinfleado un poco, pero espero que resulte un ejercicio útil para los miembros de esta comunidad.

Me despido con una frase que leí en una revista que me gusto mucho:

"Si en el cielo no puedo correr. . . entonces yo no voy"


7.3.10

Capítulos cúspide 1

Rumbo al ocaso del primer trimestre del 2010, hemos ya padecido innumerables acontecimientos que a cualquier mente visionaria y atenta le pondrían a cuestionarse sus directrices y planteamientos, paradigmas malditos sobre los que falleció la sustentabilidad y el progreso de largo plazo, que ahora inducen a un análisis bajo el suspenso tendiente a lograr bien claro los procedimientos para afrontar casi todo.

Mientras menos congéneres piensen de esta forma antes planteada y crean disfrutar el corto plazo planeando disfrutes materiales diminutos, efímeros y perennes, más debemos inclinarnos a pensar que las minorías visionarias estamos en lo correcto al protegernos con pensamiento anticipado.

Desde múltiples perspectivas hemos de ser consientes al recordar posturas y planteamientos fatalistas, vale la pena ser optimistas? desde luego que si, sin embargo el ser optimistas no está en contraposición al ser astutos. Preparémonos para cosas peores que considero vendrán como ladrones entre la noche, como virus que entran por los poros sin que su anfitrión se percate de ello, y para cuando lo hace el virus ya está muy dentro de su organismo. Preparémonos para circunstancias dificiles y todo lo demás que suceda será ganancia.

Había sido una suerte que durante algunas décadas el frágil acorde internacional se había sostenido sobre cuerdas tensas en equilibrio tal que pensamos que estaríamos bien, ahora hay que comenzar a desarrollar nuevas estrategias. Socialmente, Patológicamente, Psicológicamente, en cuestión de progreso, económicamente, nuestra situación energética, situación política, global warming, y hasta espiritualmente, todas esas perspectivas tienen más fallos que soluciones. Éxito para todos nosotros.