Era domingo por la tarde, millones de televisores estaban prendidos, pero no estaban interesados en las noticias, ni siquiera era época de elecciones, el tema era si México por fin pasaría a cuartos de final. La justa mundialista había atraído a todo tipo de personas; los había seguidores del tri, los había los que como siempre no creían en ellos, sobre todo porque jugaban con un equipo al cual le habían metido mucha mercadotecnia porque al final era un juego de 11 vs. 11, no había superioridad y como lo había demostrado antes este deporte no siempre el favorito gana.
El pitido inicial empezó y los corazones de miles de mexicanos se emocionaron por pensar que su equipo podría ganar. Las voces de "ole" se escuchaban en el majestuoso estadio Soccer City, había mayoría mexicana en la tribuna, y de repente se escuchó un "cielito lindo" con tal emoción que nos hacía recordar que ser parte de mexicano está en nuestras tradiciones. Una y otra jugada la escuadra mexicana se acercó peligrosamente a la anotación. Finalmente al minuto 25 las voces de los mexicanos callaron, Argentina había metido su primer tanto, e inmediatamente la decepción de todos empezó, empezó el insulto típico, la poca fe, son unos buenos para nada, el pesimismo que siempre se presenta, como si estuviéramos predestinados a perder.
Pero ocurrió lo que solo unos cuantos esperaron, el gol del empate de México igualando el marcador al final del primer tiempo. Hubo ajustes en ambas escuadras, y el segundo tiempo fue mejor, pero lo fue no por la calidad de juego que demostraron ambas escuadras, si no porque México tomo por primera vez la delantera en el partido al caer el gol en el minuto 60. La emoción empezaba para todos, los que hace un momento despreciaban a su selección volvía a recobrar las esperanzas, después de todo somos humanos y tenemos derecho a cambiar de parecer. Al minuto 80 nos hicieron justicia y parecía un mal karma que se le regresaba a la "mano de dios" al marcar el árbitro central penal por una mano intencional. El Diego no se la creía y la pena máxima fue cobrada por el buen Cuau, marcando un gol de categoría, derrotando a la escuadra celeste por dos goles. Durante esos minutos restantes atacaron con todo, sabiendo que estaban derrotados; tiros de media distancia, centros al área grande, de todo, pero ningún balón entraba es como si en esos momentos todos los mexicanos desviaran los balones con el poder de su mente para que no entraran. "Histórico: México pasa a cuartos de final derrotando a 2 grandes del futbol" eran los titulares del día siguiente, la gente solo hablaba de eso en las oficinas, escuelas, en la calle, radio, televisión, hasta los tweets decían "yo siempre confié en México".
Cada vez se sonaba el clásico "si se puede", pero ahora venía la prueba mas difícil Inglaterra, después de todo en partido de preparación nos habían dado duro. Otra vez el pesimismo empezaba pero esta vez era diferente, esta vez la gente que si creía empezó a contagiar a la que no y de repente se escuchaban por todos lados apoyemos a la selección. Sera uno de los gigantes pero México tenía hambre de esperanza para su pueblo, y ya no nos conformábamos con ganar el quinto partido.
El juego aéreo de los ingleses parecía que nos iba a lastimar seriamente otra vez, pero México sorprendió al tener una defensa sólida, y estar bien parados ante los ataques. El primer gol cayo en el segundo tiempo, pero hubo un segundo de silencio que duro una eternidad porque nadie se lo creía, el gol era de México y ni los ingleses se lo podían creer, el "pequeño ratón verde" estaba demostrando ser un verdadero peligro e Inglaterra trato de recobrar la compostura pero empezaron a perder los balones fácilmente, y el ataque mexicano no paro, y solamente porque el balón no encontraba el fondo de la red no fueron 3 goles.
La furia roja no vino ver la furia verde que traían nuestros 11 guerreros se sintió un aire de alivio después de 200 años que los españoles habían dejado de ser los dueños de nuestros dominios, y fue como una justa victoria al derrotar a la madre patria en algo en lo que ellos se sentían muy superiores a nosotros.
México había logrado lo imposible, lo que nadie en realidad pudo vislumbrar realmente llegar a la final y contra uno de los grandes Brasil. La casa de apuestas estaban divididas el factor sorpresa de México contra la superioridad de Brasil, pero ahora ya no importaba nada de eso, todos los mexicanos, y cuando hablo de todos los mexicanos al fin confiaban totalmente en su selección, y el día de la final fue sorpréndete poder observar que hubo grandes centros de reunión para ver el partido en pantallas enormes, no había una sola televisión en México que no estuviera viendo el partido y desde los lugares mas remotos donde no llegaba la señal las radios prendidas y las personas reunidas alrededor del aparato.
La única vez que le habíamos ganado a Brasil ante un partido reconocido por la FIFA fue en el 98 y aún recuerdo como la gente festejo mas de 1 semana por esa victoria tan simbólica. Más de 10 años después jugábamos por un título, pero que título era el del campeón del mundo, los sudafricanos se habían vuelto mexicanos, la mayoría en el estadio apoyaban a México, todos decían después de semejante lucha que ha presentado la selección es mas que justo que México alce la copa, Brasil siempre será Brasil y tendrá otras oportunidades pero México, nos ha demostrado que en verdad lo imposible se vuelve realidad cuando uno quiere.
Un partido reñido, un partido donde ya no se podía hablar de astros del futbol porque los mexicanos demostraron que eran tan capaces como las figuras de Brasil, incluso mas. Nada para ninguno durante los 90 minutos reglamentarios. En los tiempos extras Brasil nos quitó el aire cuando Kaka metió un disparo potente que reventó en el travesaño del zaguero, él supo que debió haber sido gol, pero no pudo ser, después de todo la historia para México ya estaba escrita. Segundo tiempo complementario y los jugadores estaban cansados, el partido bajo de intensidad hasta que un pase de Rafa al Chicharito logro abatir al arquero, metiendo el único gol, el gol que cambio nuestra historia para siempre.
La fiesta fue enorme, y cuando me refiero a enorme no hablo de unos cuantos días, fue mas de 1 mes que los festejos de algunos se escuchaba por todos lados, las cornetas, los sombreros con su lema "Viva México", "la verde" que ahora era negra era usada por la mayoría. Los jugadores tratados como dioses y la copa del mundo exhibida por todo México para recordar que incluso cuando todas las probabilidades están en tu contra la única que cuenta es la que tú te crees, y esos 11 siempre creyeron que podrían ganar.
Durante todo ese año miles de niños, jóvenes empezaron a practicar más futbol, porque pensaban que podían ser la próxima estrella de la selección. Cuando eso se saturo la gente se empezó a dar cuenta de algo más, que el mexicano no está en verdad predestinado a conformarse si no a hacer lo que su voluntad quiera, y esa victoria en verdad fue como un aire renovador para toda una sociedad de mediocres que siempre aplicaban la ley del mínimo esfuerzo y empezaron a desarrollarse otras áreas, varias disciplinas deportivas, pero también en áreas intelectuales, filosóficas, empresariales. Empezamos a transformarnos de un país de PYMES a uno de transnacionales que cumplían con los más rigurosos requisitos de otros países, y finalmente nos empezaron a llamar un país del primer mundo al reducir nuestra deuda externa y hacer lo imposible.
Por eso el día que México gano el mundial, todo en México empezó a funcionar, y solo se necesitó un juego para esto…
Una historia de ficción, cierto pero lo que quiero que recapaciten las personas que leen esto es que no necesitamos el juego para hacer los cambios que necesita nuestro país es saber que podemos hacerlos, porque lo único imposible en la vida es lo que nos creemos en nuestra mente.
